lunes, 20 de agosto de 2012
PLEGARIA DE UN PADRE
Dame un hijo dios mio
Que sea fuerte… para reconocer su debilidad
Valiente…para enfrentarse a su propio miedo
Orgulloso y altivo en las derrotas
Pero, modesto y gentil en sus victorias
Dame un hijo, que sepa, que el conocerse a si mismo
Es la piedra fundamental del saber
Y guíalo señor por los caminos fáciles de la abundancia
Si no por los senderos espinosos
De las dificultades y la competencia,
Allí déjalo que aprenda
A hacerse frente a la tormenta
Allí déjalo que aprenda .a tener compasión de los que fracasan.
Dame un hijo, Dios mio
Que sepa dominarse primero a si mismo
Antes de que pretenda dominar a los demás
Dame un hijo, cuyo corazón sea limpio y alta su meta
Que aprenda a reír sin olvidar de llorar
Y que mire al futuro sin olvidar jamás el pasado
Y después que hayas hecho en el todo esto.
Por favor, dios mio, añádele…
Suficiente sentido del humos
Para que a pesar de que sea serio
Nunca se tome así mismo tan seriamente
Un toque de humildad
Para que recuerde la sencillez de la verdadera grandeza.
Una mente abierta a la verdadera sabiduría
Y la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces…yo, su padre, me atreveré a susurrar
En lo mas profundo y sagrado de mi corazón
NO HE VIVIDO EN VANO.
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