POMATA PUEBLO HISTORICO

PUEBLO HISTORICO POMATA

El histórico u turístico pueblo de Pomata conocido como el “Balcón Filosófico del Altiplano” es también semillero de bellos y cautivadores relatos. De el desempeñamos la hermosa leyenda de PUMAUTA o casa del Puma o Pomata.Antes de la llegada de los conquistadores españoles a tierras del altiplano, en las colinas y cerros que circulan la actual población de Pomata, vivían centenares de pumas, felinos feroces que se enseñorearon de la zona, convirtiéndose en el terror de los aborígenes. Estos carnívoros desde los farallones y oquedades merodeaban y en furiosas manadas atacaban a los animales, personas, devorándolos. Se alimentaban de conejos, gallinas, patos, peces del Lago Titicaca., aprovechando la complicidad de las noches y a veces en pleno día.Los atributos lugareños, impotentes de destruir a estos endemoniados felinos y por lo menos amainar y evitar los constantes ataques y la desmedidad, les ofrecieron ofrendas y sacrificios, en la creencias que eran seres sobrenaturales divinos. Los consideraron como dioses tutelares por lo que los deificaron. E rigieron ídolos de homenaje y reverencia. En improvisadas adoratorios se convirtieron las guardias y oquedades de los cerros donde moraban los pumas. Las madrigueras de estos lugares fueron llamados pumautas o casa de pumas.La leyenda, refiere que la plaga de felinos era el engendro de un gigantesco puma devorador de hombres y animales que fue destruido por un cacique que con su prodigiosa masa lo mató cuando dormía. Al recibir el mortal golpe su cuerpo se transformo en una gigantesca roca gris y sus alrededores se tiñeron de rojo por la sangre que corrió a raudales.Se cuenta que un desertor del ejército imperial incaico se había escondido en el lugar, siendo devorado, cuyo espíritu se convirtió en el azuzador invisible de los pumas. En algunos parajes solitarios el espíritu del soldado hacia su aparición, por lo que los lugareños aterrorizados decían vistos al señor puma. A consecuencia de estos sucesos, familiares de aborígenes optaron nombres y apellidos del puma, otras de Poma. Similar caso sucedió con el cacique que acaudillo la sublevación del Cusco en 1814, don Mateo García Pumacahua o el que vigila al puma.Posteriormente la palabra etimológica PUMAUTA fue castellanizada por el de POMATA.